Bienvenidos a mi mundo

Aquí encontraréis relatos en los cuales la mayoría son escritos por mí y que espero que sea del agrado de los visitantes a este mi blog.
Un saludo.
Nota: Se advierte a todos/as aquellos/as usuarios/as que visiten la página que, por favor, respeten el trabajo del autor y que no se les ocurra copiar y pegar los relatos publicados en otras páginas web o en sus propios blog sin consentimiento del autor.
Gracias.

domingo, 6 de diciembre de 2009

ELEMENTOS. La Dama del Dragón. Prólogo.

Nubes negras se levantaban en torno al cementerio del pueblo de Carvilius mientras que el sol empezaba a ponerse. El cielo se tornaba de un tono anaranjado haciéndose reflejar cálidamente en las nubes. Podría sonreír como solía hacer cuando lo veía como muchas veces que pensaba que los dioses parecían verdaderos artistas del cielo; pero en esta ocasión no podía ser, ya que la tristeza carcomía nuestras mentes con una triste presencia: en el funeral de mi padre.

Mi padre se llamaba Ruy Díaz y le conocían como “el Estratega”, era capitán del ejército al servicio de Su Majestad el rey Ricardo I y era uno de los mejores estrategas del reino, pues gracias a sus planes los soldados ponían su alma en juego en el campo de batalla consiguiendo grandes victorias; mas en este caso, en esta última batalla contra los Galos fue demoledora y hubo en el bando aliado muchas pérdidas, incluyendo la muerte de mi progenitor en pleno combate, aunque hayamos ganado la guerra. Cuando el mensajero real nos trajo la mala noticia, mi hermana mayor Leonor y yo creíamos que lo que decía la carta era una patraña, pero al final abrimos los ojos cuando dos militares bien uniformados trajeron consigo sus utensilios de batalla: sus dos espadas (una con la heráldica de la Familia Real y la otra con la nuestra), su mochila hecha con piel de dragón, una pulsera de madera con nuestros nombres y un colgante con nuestro retrato familiar. Aquellos dos últimos objetos siempre los portaba como amuletos de la fortuna para lo que podía avecinarse y para recordar que nunca estaba solo en el campo de batalla. Siempre me acordaba que él siempre nos traía muchos regalos después de regresar de alguna guerra y le recibíamos siempre con los brazos abiertos, pues era un buen padre de familia y un buen marido, aunque mamá murió hace años de una enfermedad incurable cuando yo cumplí los ocho años. Lo mejor de todo era que podíamos ir a las fiestas que se celebraban en el Palacio Real en Madroña y conocer a la Familia Real en persona. El príncipe heredero Costantino Augusto era conocido en el reino por su bondad con la plebe y con su séquito, ya que los trataba como si fueran de su misma sangre, igual que su padre. Hace poco tiempo, nos llegó la noticia de que el rey Ricardo I se iba a casar con una bella mujer de Germania, la infanta Isabel de Habsburgo, y acudimos los tres a la ceremonia que se celebraba en Madroña. La ahora reina de Hispania tenía una hija de la misma edad que mi hermana y el príncipe: se llamaba Esmeralda y era una princesa bellísima, tímida, callada y gentil, al contrario que su madre que era charlatana, abierta y, sinceramente, algo grosera con la gente de su alrededor, tanto con sus sirvientes como con los nobles e invitados a la fiesta.

De entre tantos recuerdos que me nublaban la mente por recordar a mi padre, me era imposible seguir las palabras del sacerdote del pueblo que leía en voz alta los pasajes de la Biblia en latín y decía cosas agradables sobre mi padre: un hombre religioso, honrado y valiente. Lo único que oí del sacerdote don Héctor fue la reverencia mientras que esparcía por el ataúd de mi padre gotas de agua bendita. Entre el agua bendita y las primeras gotas de lluvia que empezaban a caer del cielo, parecía como si el mismo Señor celestial llorara por haber perdido a un amigo o a un familiar, y se podía reflejar en la figura del Cristo crucificado que tenía incrustada en el ataúd. Al mismo tiempo, mis lágrimas se entremezclaban con las gotas de lluvia. Después, dos forzudos descendieron poco a poco el ataúd con dos sogas al agujero excavado en la tierra, depositándolo suavemente en el fondo del agujero. Nosotras nos acercamos al hoyo; no nos salían las palabras y lo único que hicimos fue depositar un ramo de flores en la tumba y, acto seguido un poco de tierra seca a la tumba. La gente del pueblo, poco a poco, se iban del cementerio preguntándose los unos a los otros qué sería de nosotras, ahora que papá ya no estaba entre nosotras. La única alternativa que nos quedaba era la de seguir adelante, pues nuestros padres nos enseñaron bien las artes mágicas y las artes con las armas; no nos quedaba más remedio que, además de seguir cursando las clases de magia en el colegio del pueblo, buscar trabajo para ganarnos el salario para conseguir alimentos y ropa nueva.

El rey en persona estuvo también en el funeral y nos acompañó hasta la salida del camposanto. Se dio la vuelta y nos dijo:

-Sentimos mucho vuestra pérdida, pequeñas. Sabed que si necesitáis ayuda siempre seréis recibida en palacio.

Se lo agradecimos de todo corazón y acto seguido subió a su carruaje tirado por unicornios blancos y negros. Costantino y Esmeralda, antes de subir al carruaje, nos dijeron que "el pasado no nos carcomiera y que siguiéramos adelante". La única que no nos dijo nada fue la reina Isabel, que nos miró con una mirada penetrante pero que, a la vez, no reflejaba nada. El cochero puso en marcha el carruaje y desaparecieron entre la densa neblina que empezaba a surgir con la intensa lluvia.

Los ánimos de la gente del pueblo y de la Familia Real no nos llenaban mucho nuestros tristes corazones. Por el caminode vuelta a casa, todavía pensaba en aquel instante en que la reina nos miró de aquella manera y me preguntaba el por qué de aquella mirada. ¿Qué ocultaba? ¿Quería demostrarnos su desprecio hacia nosotras, como lo hace con los demás? Eran demasiadas las preguntas que pasaban por mi mente que ya no sabía qué pensar...


Nota: Este es el prólogo de mi supuesta novela que deseo con ansiedad publicar en cuanto la tenga acabada. Si tenéis alguna duda, ruego o pregunta sobre la novela, por favor, no dudéis en escribirme y yo os contestaré con gusto.
Un saludo a todos/as.

No hay comentarios: